Suecia camina hacia la institucionalidad del nazismo

Pese a ser una monarquía, Suecia tiene la reputación de ser una de las democracias más sólidas del mundo. Sin embargo en los últimos 10 años el avance de la extrema derecha, ya es el tercer partido con muy poco diferencia, está abriendo el camino hacia la institucionalidad del extremismo conservador y racista.

Sverigedemokratisk och nazistisk propaganda med samma budskap.

Sverigedemokratisk och nazistisk propaganda med samma budskap. ©Expomontage-2010-1

En el último mes, el líder del Partido Liberal, Jan Björklund, integrante de la coalición conservadora en la oposición y con probabilidad de volver al gobierno en 2018, dijo que el gobierno socialdemócrata debería convocar al partido Demócratas de Suecia (SD) de extrema derecha en las negociaciones multipartidarias. Su declaración fue interpretada como un anticipo de que los extremistas puedan formar parte del gobierno conservador después de las próximas elecciones para asegurar una mayoría parlamentaria. Hasta ahora esa posibilidad ha sido rechazada por los demás partidos conservadores que, por el contrario, en muchos temas adoptan los planteos de los Demócratas de Suecia, por ejemplo en el freno y control de la inmigración.

Una dirigente de los liberales cuestionó a su líder por esa “invitación” a los extremistas, y en un congreso interno casi fue expulsada del partido y removida de su cargo.

También este mes, por primera vez en décadas, el periódico neonazi “Nuevos tiempos” (Nya tiders) fue invitado a exponer en la importante feria del libro de Gotemburgo, la segunda ciudad más importante de Suecia. El argumento fue que era una exposición de libros y publicaciones que promueve el debate y la confrontación de ideas aunque algunas estén por fuera de los parámetros democráticos y que difundan valores como el racismo y la xenofobia.

Así la televisión estatal, que en sus fundamentos de creación está la difusión de los principios democráticos y de que “cada persona tiene el mismo valor”, entrevistó al redactor jefe de la revista nazista, Vávra Suk, dándole un espacio para la divulgación de sus principios y valores.

La entrevista recibió muchísimas críticas, ya que el exponente de la derecha extrema pudo responder a las críticas sin contra preguntas.

“Los televidentes fueron abandonados a su suerte ante una fuerza peligrosa que no fue cuestionada ni puesta contra la pared” escribió en una columna de opinión Kristina Lindquist del diario Dagens Nyheter (Noticias del día).

Ya en el pasado primero de mayo un grupo neonazi fue autorizado manifestar y realizar un acto en una plaza pública bajo protección de la policía, en los lugares en que tradicionalmente se realizaba una marcha y acto de la Socialdemocracia. La justificación policial para la autorización fue que hicieron el pedido con mayor anticipación que quienes tradicionalmente realizaban sus actos en ese lugar.

Esta creciente institucionalidad de la extrema derecha avanza junto con su crecimiento electoral. En las elecciones de 2008, los Demócratas de Suecia no superaron la barrera del 4% de los votos para acceder al parlamento, y según una encuesta de la Oficina Central de Estadísticas (oficial), si las elecciones hubieran ocurrido en mayo de este año, obtendrían un 17,3%, solo superado por el Partido Conservador (24,7%) y el Partido Socialdemócrata (29,5%).

Con este panorama, el bloque conservador hoy en la oposición (Conservador, Liberal, Centro y Democracia Cristiana) estaría obteniendo el 39,3% y si se le suman los votos del SD, llegarían al 56,6%. Por su parte la actual coalición de gobierno (Socialdemócrata, Medio Ambiente, Izquierda) quedaría con el 41% de los votos.

Hasta ahora los dirigentes del principal partido conservador niegan la posibilidad de una alianza con los Demócratas de Suecia para conformar gobierno, aunque sus políticas convergen cada vez más. La declaración del líder liberal abre el camino también para una colaboración con los extremistas aunque quizás todavía no alcance para que integren formalmente un posible futuro gobierno conservador.

El panorama político sueco no se diferencia de lo que sucede en otros países europeos.

 

 

Argentina y Brasil por reinstaurar el modelo neoliberal

Emil Sader advirtió que intentarán frenar la candidatura de Lula

lula

 

La derecha latinoamericana le tiene miedo a las elecciones y con el control de los medios de comunicación, buscará desprestigiar a los líderes populares y derrotar a los gobiernos anti neoliberales o progresistas de la región, estimó el sociólogo y politólogo brasileño, Emil Sader en su disertación en el foro “Latinoamérica en el foco” realizado el pasado lunes 19 de setiembre en la ciudad de Malmö, Suecia.

Sader, profesor de las universidades de Sao Pablo (USP) y Rio de Janeiro (UERJ), autor además de varios libros, detalló el proceso político en su país y el golpe de Estado institucional contra la presidenta Dilma Rousseff.

En su intervención ante un público de latinoamericanos y suecos, advirtió sobre los intentos de restauración de las políticas neoliberales de los años 90 y la ausencia de proyectos de izquierda alternativos a los procesos anti neoliberales que transformaron parte de la realidad continental en Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Uruguay y Venezuela.

Ante un planteo que un fracaso en Brasil de un nuevo mandato del Partido de los Trabajadores (PT) con la candidatura de Luiz Lula Da Silva en 2018 podría abrir caminos a procesos autogestionados, Sader advirtió que en la etapa actual, el Estado es fundamental para impulsar el desarrollo económico y garantizar derechos sociales, y que la derecha neoliberal también cuestiona el Estado buscando reducirlo a su mínima expresión.

Al inicio de su conferencia, Emil Sader recordó que América Latina fue herida en las últimas décadas de siglo pasado por dictaduras militares y gobiernos neoliberales, y debido a eso fue la primer región del mundo que produjo los primeros gobiernos anti neoliberales.

Agregó que esos nuevos gobiernos anti neoliberales presentaron tres grandes rasgos que los identificaban.

Uno de ellos es que la prioridad de gobierno no han sido los ajustes fiscales sino por el contrario el desarrollo de políticas sociales, “con mucha razón porque América Latina es el continente más desigual del mundo”. Otro de sus rasgos es que las relaciones internacionales no son a través de tratados de libre comercio con Estados Unidos, sino por apostar a procesos de integración regional e intercambio sur-sur, especialmente con Asia.

Sader señaló que los gobiernos neoliberales de la región tienen tratados de libre comercio con Estados Unidos, y que en esa relación no han avanzado nada. Puso como ejemplo México, país que tiene firmado un TLC con Estados Unidos hace más de 20 años, y no ha disminuido la pobreza ni ha avanzado socialmente. “México pensó que se casaba con la viuda rica y al contrario se casó con la viuda quebrada” argumentó, señalando que el país del norte está en crisis económica sin fecha de finalización.

Asimismo destacó que mientras para el neoliberalismo el mercado es lo central, con un Estado mínimo, los gobiernos anti neoliberales han rescatado un papel activo del Estado como inductor del crecimiento económico y como garantía de derechos sociales.

Entre estos gobiernos considerados anti neoliberales, Sader mencionó a Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Uruguay y Venezuela. Y destacó especialmente las transformaciones ocurridas en Bolivia bajo la conducción de Evo Morales, que consideró han sido de las más trascendentes en el continente.

Destacó que en esos países se logró disminuir la desigualdad, la exclusión social y la miseria.

Sader apuntó también a la diversificación de los mercados del comercio exterior de estos países, donde Estados Unidos dejó de ser un socio relevante. Estos seis países, explicó, incrementaron el comercio entre ellos y con China.

Así fue que cuando se desató la crisis de 2008  estos países estuvieron mejor preparados para enfrentarla y lograron intensificar las inversiones sociales, fortalecieron los bancos estatales, mejoraron la distribución de la riqueza, aumentaron el mercado interno de consumo popular.

En contraposición recordó que aproximadamente el 90% del comercio exterior mexicano tiene como destino a Estados Unidos y como consecuencia tiene una situación social considerada de la peor en la región.

Por otra parte señaló que la crisis del capitalismo internacional ha sido y sigue siendo muy larga y no tiene un plazo para finalizar, además es global.

Así es que los efectos recesivos de esta crisis internacional también llegaron a estos países. Los precios de las materias primas exportables han caído mucho y el capital financiero especulativo está presente en esos países pero no en la producción y crece con la especulación y que gana con la recesión y el endeudamiento de los Estados, de las empresas y las personas.

“Esta es la razón de fondo de los problemas actuales en América Latina” sostuvo Sader. Como consecuencia de ello indicó la derrota electoral del proyecto kirchnerista en Argentina, el golpe institucional en Brasil, y la situación política muy complicada en Venezuela. Esto, aseguró, “significa el agotamiento de la primera fase de estos gobiernos”.

Añadió que uno de los errores internos de estos procesos es no haber podido romper con el rol hegemónico del capital financiero ni quebrar la hegemonía de los medios de comunicación privados que tiene un poder importante en fabricar la opinión pública.

 

Sader aseguró que los gobiernos que aparecen ahora en Argentina y Brasil, son la restauración del neoliberalismo que ya fracasó a fines del siglo pasado, y que tiene un programa de privatizaciones, retiro de las políticas sociales, recorte de los derechos de negociación de los trabajadores, buscando la tercerización de las relaciones de trabajo, disminución de la edad de imputabilidad penal, reducir las posibilidades de practicar el aborto.

Destacó que en Brasil el gobierno del golpe institucional que tiene mandato hasta 2018 buscará intensificar las reformas neoliberales. Advirtió que la derecha buscará por varios medios eliminar la candidatura de Lula. “Si Lula es candidato gana” afirmó. Recordó que cuando terminó su segundo mandato, tenía un 80% de referencias negativas en los medios de comunicación, y un 87% de aprobación popular. “Hizo el mejor gobierno de Brasil en toda su historia”, insistió.

 

Sader sostuvo que Estados Unidos vivió en este siglo su mayor aislamiento en la región. El eje Argentina Brasil fue el eje de la unidad latinoamericana en estos años, y recordó que antes Estados Unidos manipulaba para que Argentina, Brasil y México, estuvieran siempre enfrentados de alguna manera.

La unidad de Argentina y Brasil en estos años permitió fortalecer el Mercosur, al que se agregaron Venezuela como miembro y Bolivia y Ecuador como socios.

Destacó la creación de la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), así como mecanismos para resolver los conflictos en la región sin la participación de Estados Unidos.

Sader añadió que ese proceso de integración regional se rompe ahora con los cambios de gobiernos ocurridos en Argentina y Brasil.

Consideró que tampoco hay una alternativa a la izquierda de estos gobiernos anti neoliberales, “las alternativas son solo de derecha”.

 

 

Dos 11 de setiembre

Los principales diarios suecos y las cadenas de televisión nacional se concentraron hoy en recordar los 15 años del atentado a las torres gemelas en Nueva York, e ignoraron por completo el nuevo aniversario del golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende en Chile, que representó un cambio dramático en la historia latinoamericana.

 

LA MONEDA

**FILE**Smoke pours from the Chilean presidential palace, La Moneda, in this Sept. 11, 1973 after being hit by rockets fired by the air force Hawker Hunter jet fighters during the military coup led by Gen. Augusto Pinochet overthrowing Marxist President Salvador Allende. (AP Photo/El Mercurio/FILE)**CHILE OUT**ONLINE OUT**NO SALES

La televisión estatal sueca trasmitió incluso en directo el homenaje a las víctimas del World Trade Center, y otros medios destacaron el cambio que significó para el mundo las repercusiones al atentado. Claro que no señalaron que fue para peor ni que la autoría del mismo sigue en entredicho.

Después del 11 de  setiembre de 2001, el mundo ha estado en guerra permanente, aunque las víctimas han sido en su mayoría ciudadanos árabes. Los gobiernos de Afganistán, Irak, Libia, Yemen, han caído para dar lugar a zonas controladas por grupos extremistas de ideología de extrema derecha, por más que en sus manifiestos señalen a Estados Unidos como su principal enemigo.

Muchos de esos grupos fueron apoyados, financiados, entrenados y armados por Estados Unidos cuando combatía medidas progresistas en esos países, como la educación pública para todos, incluidas las mujeres,  el reparto de tierras como el que provocó en Afganistán la revuelta de los señores feudales dueños de tierras y personas contra los comunistas apoyados entonces por la Unión Soviética, equiparando cualquier avance social democrático al “modo de vida occidental”.

Por otra parte los medios ignoraron recordar el golpe de Estado en Chile el 11 de setiembre de 1973. Olvido para nada voluntario ya que debían señalar que ese atentado a la vida democrática, fue financiado e impulsado por Estados Unidos, país al que todos le brindan hoy su solidaridad.

El golpe en Chile no fue el primero en la región, ni siquiera el primero contra un gobierno popular (recuerden Guatemala 1954, Bolivia un año antes o República Dominicana 1965), aunque si el primero en que un presidente socialista, electo por el pueblo, decidió resistir con armas en la mano la violación a la voluntad popular.

Chile también sufrió el ensayo a escala masiva de medidas de desestabilización económica financiera que se siguen usando hasta hoy para provocar problemas a los gobiernos considerados inamistosos por la principal potencia mundial.

El golpe en Chile también abrió un etapa en la región de dictadura del capital financiero internacional que impuso el modelo neoliberal que se extendió hasta bien entrada la década de los 90, y que también se aplicaron en otras regiones del mundo.

En el origen de las crisis económicas que todavía mantienen con dificultades a varias naciones europeas, se pueden encontrar similitudes con las políticas económicas que las dictaduras latinoamericanas aplicaron en las décadas de los 80 y 90, exacerbadas por esta nueva etapa del capitalismo que no enfrenta un modelo alternativo a gran escala en el planeta.

Más allá de recordar la resistencia de Allende, asesinado por la Junta Militar que tomó el poder, y las víctimas de esa dictadura y de otras en la región, la fecha debe servir de recordatorio de las consecuencias que provoca la dictadura de los poderosos. Este viernes se anunció en Brasil que el golpista Michel Temer presentará un propuesta legislativa para aumentar la jornada laboral de 8 a 12 horas diarias, facilitar los despidos de trabajadores y evitar juicios laborales.

La derecha latinoamericana no ha podido recurrir todavía a los militares para que le devuelvan el poder absoluto, pero se las están ingeniando para derrocar gobiernos populares y comenzar a recortar derechos laborales y hacer pagar la crisis y el desarrollo de las empresas a los trabajadores.

¿Se puede en Uruguay suspender al presidente en sus funciones?

El escenario político de Brasil puede repetirse en Uruguay en el próximo gobierno. Una mayoría de dos tercios de la Cámara de Representantes (66 votos) puede suspender en sus funciones al presidente de la república.

diputados

En el hipotético escenario de que tras las elecciones de octubre de 2019 la oposición cumpla los pronósticos de votación (que le dieron las encuestas antes de la pasadas elecciones y ahora) la posibilidad de la destitución del presidente de la república puede ser un mecanismo a utilizar por la oposición, siguiendo las normas establecidas en la Constitución de la República.

La Constitución vigente no tiene un mecanismo de revocación del mandato presidencial como en Venezuela ni el impeachment como en Estados Unidos o Brasil, pero si establece en sus artículos 93 y 172 la posibilidad de acusar al presidente de la república por violación de la Constitución u otros delitos graves, y su destitución. Incluso la acusación puede llevarse a cabo hasta 6 meses después del fin de su mandato.

El artículo 93 de la Constitución establece que la Cámara de Representantes podrá acusar ante el Senado, al presidente, vicepresidente, a los Ministros de Estado, a los miembros de la Suprema Corte de Justicia, del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, del Tribunal de Cuentas y de la Corte Electoral, por violación de la Constitución u otros delitos graves.

La Constitución no establece como paso previo una decisión judicial, sino que alcanza que ante una denuncia en la Cámara de Representantes, ésta declare haber lugar a la formación de causa.

El artículo 172 en tanto indica que el presidente puede ser juzgado durante su mandato y hasta seis meses después. Si la acusación en Diputados para acusar al presidente ante el Senado alcanza los dos tercios del total de votos, quedará suspendido en el ejercicio de sus funciones.

Las posibilidades de que se llegue a ese escenario son hoy limitadas ya que parece poco probable que los cuatro partidos de la oposición (Nacional, Colorado, Independiente y Unidad Popular) logren una mayoría absoluta en la Cámara de Representantes. De todas maneras, el mecanismo legal existe, y la posibilidad de acusar al presidente por violación de la Constitución “u otros delitos graves” no requiere un cúmulo de pruebas y hasta, como en el caso de violación a la Constitución, de una declaración de tres de los cinco miembros de la Suprema Corte de Justicia que, como se sabe, son muy veleidosos.